La diversidad sexual y la homosexualidad son
temas ante los que es imposible permanecer neutral, pues la conclusión llega a
que la mayoría de las personas y los jóvenes en especial, muestran una actitud
desfavorable hacia las personas LGBTI, con una desinformación que viene con
mitos y clichés que generan reacciones homofóbicas y sexistas. Es de todos y
todas generar espacios en la escuela donde se pueda respetar al otro sin
importar la diversidad.

En distintas partes del mundo
se debate sobre cómo debe tratarse la diversidad sexual en la educación. La
escuela, que es considerada como el segundo hogar en los adolescentes, juega
un papel importante en la construcción de la identidad de los nuevos y
nuevas integrantes de la sociedad.
Cuando se habla de espacio escolar, se habla de escuela el multiplicidad en
donde no solamente está el espacio íntegro del conocimiento sino que también
se encuentra un espacio que permite a los jóvenes a aprender a interactuar y
a aprender a vivir en plena armonía con los y las demás, algo que llamaríamos
convivencia formal e informal.
Hay
que pensar, analizar y ser capaces de estar alerta en las instituciones
educativas porque hablamos de la universalidad y en la pluralidad de los
espacios educativos pero muchas veces también son sinónimo de represión por
parte de algunos estudiantes, pero también por parte de algunos profesores. Es
por esto necesario no solo educar a los estudiantes que no comprenden la
situación, sino que a veces habrá que “re-educar” a los maestros que defienden
la idea de que la homosexualidad y el transgenero es una enfermedad. Por ello
hay que plantear políticas estudiantiles que defiendan los derechos de todos y
todas, y las autoridades de dichas instituciones no pueden quedar al margen del
silencio pues serán vistos como cómplices del maltrato y el acoso que hagan los
estudiantes y en si la comunidad tradicional.
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Es absolutamente necesario
implementar en todos los países del mundo, el fomento al respeto a la
diversidad sexual, pues el problema de la discriminación y la segregación está
inmersa incluso en la población más joven y si el problema continua, la
sociedad desde edades muy cortas (los niños), serán quienes aprendan a rechazar
la diferencia y aprendan a no respetar el pensamiento de los demás.
El respeto tiene que primar desde
el hogar, pero es en el ámbito educativo donde los y las jóvenes se forman no
solo para el conocimiento, sino para aprender a convivir con los demás, es por
esto también necesario que los maestros tomen una partida importante y no sean
partícipes de la discriminación o del silencio, que sería una complicidad de la
segregación.
No podemos permitir que siga en
el mundo ese deseo del odio hacia lo que creemos que es diferente a nosotros,
las comunidades LGTB, son seres humanos que piensan, sienten y tienen derechos como todos,
es por ello que debemos respetarles como seres honorables dentro de la
sociedad.